domingo, 27 de marzo de 2016

Te has preguntado como docente ¿Por qué los estudiantes se aburren en la clase?

Será tal vez por que el nivel de creatividad del alumno disminuye desde que llegan a la secundaria y se incrementa el descenso creativo conforme ascienden a los siguientes niveles. Pregúntate ésto, ¿Qué tan aburrido estará un adolescente que permanece dentro un aula por siete horas de lunes a a viernes? 

Hace unas semanas uno de mis alumnos me dijo que se sentía atrapado en el salón, como si estuviera en una jaula. Yo le respondí que, sin importar dónde se encontrara, si su mente era libre y estuviera dispuesto a aprender para poner en práctica lo que estudie en la escuela, entonces el no será un "esclavo".

Como docente, debo reconocer que incluso yo en ocasiones pienso lo mismo, sin embargo existen ciertas condiciones en la educación básica pública que restringen, tanto el espacio como los recursos . Ello me hizo pensar que efectivamente los actuales estudiantes viven en un "mundo virtual" que ellos mismos se crean al encerrarse en si mismos con la única compañía de su celular, vídeo-juego, lap, tablet, entre otros, creyendo que están "comunicándose". ¿Y la creatividad dónde queda? es decir, dónde quedó el niño que preguntaba por todo los que no entendía; hoy con un click encuentra la información que busca en segundos y su mente ya no requiere de investigar más allá de los que la web puede proporcionarle. Entonces, ¿Cuáles serán las consecuencias que esto traerá consigo en el futuro de los estudiantes?

Te invito a reflexionar al respecto, viendo el siguiente vídeo.






Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=e7AczfzllJ8

   

¿Para que aprendemos Historia?

La mayoría de los estudiantes desconocen el verdadero objetivo del estudio de la Historia; suponen que deben memorizar nombres, fechas y lugares como si eso fuese suficiente para comprender millones de años de la evolución del hombre y sus repercusiones en este planeta. Sin embargo, deben cuestionar más allá de lo evidente, deben empezar por preguntarse su propio origen familiar, ético y sobretodo cultural porque finalmente es la cultura lo único que realmente nos hace diferentes a los seres humanos y gracias a esa diversidad la Humanidad se ha enriquecido en cada generación.

Analiza el siguiente vídeo como parte de la introducción a este espacio y posteriormente reflexiona junto conmigo, cuáles son las dificultades que tenemos los docentes para lograr motivar a los alumnos e interesarlos en la investigación histórica que los llevará, inicialmente a conocerse ellos mismos para luego, poder valorar  la Historia que tenemos en común.

sábado, 26 de marzo de 2016

La Historia en la Escuela.



ORIGEN DEL ESTUDIO DE LA HISTORIA

Desde tiempos antiguos, la educación tanto de los niños como de la población en general se ha confiado al profesor, quien ha tenido el compromiso de formar mentes, consciencias e  identidades  culturales; tarea  nada fácil. Y por ello, los docentes continuamos leyendo a  los  filósofos  griegos  como Aristóteles, quien solía decir que “La  naturaleza no  está en el hombre  de  manera  definitiva, sino   como   mero   principio  o  posibilidad   de  que  debe actualizarse mediante el obrar”. Así, la escuela debería, no solo acercar al estudiante en el estudio de la Historia como herramienta para conocer su pasado sino como estrategia para construir   un    futuro   donde   los   buenos   hábitos  de vida, la  práctica de los  valores, el seguimiento de las leyes y la valoración de las  Artes se encuentren envueltas en la moral y ética. Por ende, la asignatura de  Historia  no puede, ni debe ser minimizada o eliminada de los Planes y Programas de Estudio de ningún nivel educativo.

¿Qué recuerdan los estudiantes de los personajes Históricos?
Casi nada, sobre todo si el personaje no provocó en el estudiante algo de interés o empatía o tal vez ¿Fue el docente que no aplicó las estrategias adecuadas? Y es que hay tantas fechas, lugares, personajes, acontecimientos y toda una red entramada entre todos con sus causas y consecuencias que los alumnos se confunden. Pero, si lo aprendido tiene una aplicación a sus propias experiencias de vida es cuando realmente hay un aprendizaje significativo. Entonces el profesor debe vincular su presente con el pasado y por qué no, con su futuro para que de alguna forma los estudiantes conciban los hechos históricos como si pudieran ver su realidad en el espejo, aunque en otro tiempo y espacio.
 

¿Y los medios de comunicación para transmitir el Conocimiento Histórico?


Desde las  primeras  pinturas rupestres  que comunicaron  a  las generaciones siguientes el estilo  de  vida  primitivo  del  neolítico, utilizando  a  la  propia naturaleza para transmitir los mensajes  de  nuestros  antepasados; pasando  por las  publicaciones  impresas  y hasta la evolución  del  lenguaje  que  hoy  viaja  en los dispositivos portátiles y que visualizamos en pequeñas pantallas, a diferencia de  los primeros  intentos, cuando  el hombre se esforzaba por crear  nuevas formas de  comunicación. Efectivamente en la actualidad, los estudiantes comparten  más  información  en forma  virtual  de  la que  pueden  pensar, expresar   verbalmente e incluso, comprender por ellos mismos.

¿Tenemos Memoria Histórica?


QUÉ ES LA MEMORIA HISTÓRICA

La construcción de los conceptos históricos al igual que la formación de la identidad cultural está hecha de “piezas de rompecabezas” que armamos en función a lo que se observa en el propio contexto, lo que se aprende en la escuela y recientemente lo que los medios de comunicación nos facilitan. No obstante, siendo realista la mayoría de las veces el conocimiento y la información llega a nosotros incompleta y pocos se cuestionan si efectivamente son ciertas esas “verdades históricas”, adentrándose a los laberintos en búsqueda de los elementos que parecen faltar en la Historia. Es entonces, en el caso de la escuela que los alumnos tienen dos opciones: aceptar lo que la “Historia Oficial” les afirma o intentar convertirse en “pequeños investigadores” de la Historia. Aunque, desafortunadamente son pocos los estudiantes interesados en realizar esa actividad porque la mayoría de ellos, igual que el resto de la población no tienen memoria histórica, pues olvidan fácilmente sus orígenes, tradiciones y todo aquello que acontece en su entorno, incluso lo que sucedió hace un par de años, viviendo así en una sociedad sin recuerdos, situación que puede desencadenar que "La Historia" se repita un y otra vez sin aprender de los errores pasados.

 La famosa pregunta: ¿Quién soy, de dónde vengo, hacia dónde voy?

Los ámbitos de reflexión que promueve la Historia son múltiples, de ahí la relevancia de su estudio pues los cuestionamientos van desde el origen mismo de Hombre, del Universo, de la identidad individual, de la colectiva como Humanidad, entre muchas otras. Y cuando al ser humano le faltan esas “piezas históricas” que le dan forma como integrante de una comunidad, pueblo o país, su pertenencia deja existir y las consecuencias pueden ser graves hasta el grado de no interesarse en la construcción de su propia Nación.
Por lo tanto, fomentar el  individualismo  no  es una  opción, sobre  todo en  países  como el nuestro donde el clasismo continúa prevaleciendo a pesar de que el sistema de castas dejo de existir luego de la Independencia de la Nueva España, por  lo  tanto  los maestros deben facilitar  a los estudiantes  las “piezas  faltantes  del  conocimiento histórico” para  que  ellos mismos  lo  procesen, analicen y reflexionen, creando así un horizonte en común  donde se sientan parte de un todo.

lunes, 14 de marzo de 2016

"Aquel que no conoce la Historia está condenado a repetirla".
                                                                                                   Napoleón Bonaparte.
  


Inspirada en el texto  "Enseñar a pensar históricamente" de Andrea Sánchez Quintanar quien habla de la Historia y su importancia en la vida de los  seres humanos, mediante la  reflexión teórica  y la mostración o enseñanza de esta ciencia, que en el ámbito social  ha dado forma a la base del nacionalismo constructivo y de la conciencia histórica. Además, la autora asegura que la Historia es un conocimiento vital sin el cual no es posible vivir humana y plenamente, pues las personas no están hechas de forma definitiva, por el contrario, se construyen constantemente en un tiempo y espacio determinado, llamado por Sánchez la sociedad terrenal.
Señala que el hombre es el ser humano de la autognosis, pues es el único ser vivo que tiene la capacidad de pensar sobre su propio ser, de construir y orientar su desarrollo, de discernir, de objetivar y subjetivar, de crear su propia identidad; es decir, puede darse a sí mismo un  por qué  y  para qué enfrentarse a la realidad. En consecuencia, quien escribe la Historia es un hombre que se crea a si mismo, pero en diferentes tiempos y espacios, por ello su existencia es presencia actual del pasado. Entonces, el hombre tiene la facultad de ir más allá de sí mismo y de trascender los límites de su ser físico a través de la concepción de la Historia. En este sentido, el  establecimiento de la relación entre el ser humano y su entorno (cercano o distante), despertó en el hombre la preocupación de algo más que él mismo, llamado por Sánchez la “otredad “.  

En otras palabras, porque el hombre no es sólo por sí mismo, ni es completo por sí mismo, como bien señala Platón. Por ende, es a través del análisis y la reflexión del pasado como entiendo el presente y me ubico en él,  para interpretar o tratar de descifrar el futuro, sin caer en la adivinación y en consecuencia reflejarlo en  un actuar humano compartido. Pero la Historia es un saber que concierne a medios muy amplios, sobre todo en la actualidad, y es precisamente en ese aspecto donde su estudio se convierte en una ciencia peligrosa, pues el conocimiento histórico se construye para ser difundido y en ese afán, en algunos sectores o individuos,  la conciencia histórica se pierde y los conocimientos o la información pueden ser alterados, según los intereses de algunos poderes. 

Luego de este breve análisis, me atrevo a decir que México es un pueblo sin  memoria, porque no tiene una conciencia histórica. Sucede que, desde los primeros años en la escuela, nos enseñan una Historia plagada de héroes y villanos, de ganadores y vencedores, de hechos acontecidos en algún tiempo y espacio ajeno a nosotros, pero se olvidan de explicar que esos seres  tenían sus propias virtudes,  miedos, intereses y ambiciones; que cometieron aciertos y errores, y que de sus acciones han dependido las consecuencias que vive nuestro país actualmente.

Y porque la Historia llega a muestras manos ya digerida, corregida o aumentada según la visión o los objetivos de determinados medios, poderes e incluso, desde la propia perspectiva y tendencias del profesor de la clase. Debido a la falta del profesionalismo y de la ética de quienes transmiten los conocimientos  y las verdades históricas, ya sean éstos el Estado,  los medios de comunicación o  los docentes. Todos por igual resultan ser canales  peligrosos, si no se enseña a pensar históricamente a las masas, despertando la consciencia de quienes fuimos, somos y podemos ser, porque solo dejando de formar individuos aislados e ignorantes de su pasado, se logrará crear una realidad presente, donde las personas tengan un horizonte certero de un futuro compartido en el que no se repitan los errores del pasado.

 En el caso de los procesos educativos, la difusión de la historia dependerá de quien conduzca o transmita la información y de cómo la perciba él mismo, pues en todo momento llevará un mensaje, una intención o bien una interpretación. Un historiador o cultivador de la ciencia básica e incluso un docente no debe olvidar que está obligado a decir en molde lo que en conciencia piensa.  


¿Cómo Reformar la Educación?


Observa el siguiente vídeo y reflexiona respecto a los cambios en la educación y sus repercusiones.








Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=TZSpfaiwsU0


Por ende el docente deberá evitar caer en una parcial inconsciencia, desarrollando una propia consciencia histórica, pues debe reconocer que de él dependerá la formación de otros: alumnos, muchos de ellos futuros inconscientes históricos y de la propia realidad presente. Pues desafortunadamente, algunos maestros conducen al rechazo y al odio de la Historia como asignatura, porque las estrategias que utilizan para enseñarla son poco interesantes para los estudiantes e incluso porque ellos mismos como profesores carecen de la pasión por la Historia. Lo que se requiere en una clase es reconocer que sin las enseñanzas históricas y su reflexión, estaríamos sentenciados a vivir en la ignorancia, en la apatía de la “otredad” y en el desinterés de la interpretación de la realidad, ya sea pasada, presente o futura, pues el tiempo es relativo y lo que hoy acontece, será Historia mañana.

Al respecto, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los docentes de Historia es la incapacidad de los alumnos para situar temporal y espacialmente los hechos y acontecimientos porque a nivel de la asignatura de Geografía desconocen, incluso la ubicación de su propio municipio y en cuanto a la ubicación en el tiempo, el desfase entre antes de nuestra era y después provoca verdaderos conflictos con la identificación de los siglos, eras, edades, etc. 

Y en cuanto a la desconexión o apatía que los estudiantes tienen hacia los personajes históricos, pues los ven como “seres de papel” y no de “carne y hueso”, entonces, esta incapacidad de empatía que tiene los alumnos con las situaciones y decisiones e incluso, con la vida misma de hombres y mujeres del pasado, las perciben como algo tan lejano y ajeno a ellos que no logran comprender el contexto en el que se dieron los hechos históricos, cayendo en el juicio anacrónico.  

Y qué decir de la continuidad en la Historia tan indispensable para su comprensión; pues es casi nula en la mayoría de las clases porque los estudiantes no logran realizar los que se conoce como el “andamiaje” de Vygostky que funciona como puente entre los “a priori” (conocimientos previos) y los “posteriori” (conocimientos nuevos), tratado de comprender los acontecimiento en forma aislada y con ello caen nuevamente en la descontextualización, lo que da lugar a las famosas “lagunas mentales” que luego provocan que el estudiante pierda el “hilo” o secuencia de los hechos sin darse cuenta que cada uno de estos sucesos como consecuencia, es el origen de uno nuevo y que todos en conjunto ofrecen momentos que cambian al mundo.  

Además, los estudiantes tampoco son capaces de entender que los hechos históricos están sucediendo en su propio contexto, conocida como “microhistoria” y en el caso de México los jóvenes no pueden apreciar que los cientos de acontecimientos relevantes que se han dado en los últimos años, afectarán irremediablemente su futuro debido a las reformas legislativas y arbitrariedades en lo que respecta a los Recursos naturales de nuestro país, al control de los Medios de Comunicación y Transporte, a la Recaudación Hacendaria, al derecho a la Educación, a los Derechos Laborales y Humanos; que si bien hoy se manejan como “verdades históricas”, solo quienes han vivido en medio de esos sucesos, saben cuál es la realidad. Misma que en las siguientes generaciones leerán los estudiantes en los libros de Historia, pero esa realidad dependerá de quién la escriba y es bien sabido que serán los que ostenten el poder quienes “dictarán” lo que la población “debe saber”, ni más ni menos.